Feb
14
2014
Un día, hace tiempo, os encontrasteis por primera vez. Nació entre vosotros una simpatía que, al pasar el tiempo, al ir aprendiendo a conoceros mejor, se ha transformado en cariño, en amor, hasta el punto que desean hacer un camino juntos para conocerse y crecer en el amor.
El evangelio nos narra como, en la noche que precedió a su pasión, Jesús reunió a sus discípulos alrededor de una mesa y les abrió su corazón, comunicándoles su testamento espiritual: Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros como yo os he amado. Y añadía inmediatamente: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Con estas palabras indicaba su muerte cercana subrayando que su entrega sólo tiene sentido desde la perspectiva del amor. Porque ama; porque ama como nadie ha amado, se entrega incluso a la muerte. Porque ama hasta la muerte, quiere que los suyos se amen e incluso cuando sea necesario den la vida por los hermanos como él lo ha hecho. Y llama amigos a quienes aceptan participar de este amor sin medida. Cristo invita a los suyos a formar una sola familia unida en el amor, capaz de mostrar a los hombres de todos los tiempos el amor que Dios nos tiene. Esta es nuestra vocación como cristianos, que, sin embargo, a causa de nuestro egoismo, demasiado a menudo no llega a ser una realidad.
Ustedes queridos novios, iniciando un camino de conocimiento mutuo basado en el amor, un Amor que nace en Cristo manisfetacion del amor divino inician a costruir un nuevo futuro; Construir es una palabra de esperanza, que abre horizontes, que se encara con el mañana con optimismo.
En un mundo en el que fácilmente nos dejamos llevar por el egoismo, la ambición y el fanatismo, en que parece que se encuentra placer arrancando, destruyendo e incluso matando, dejando ruinas y desesperación, anima al espíritu ver jovenes que con voluntad decidida escogen construir, levantar muros, poner tejados para crear espacios acogedores, donde el diálogo, la confianza y la esperanza hagan posible el amor.
En vuestro noviazgo conviene que la cimentación sea sólida, para que cuando puedan soplar los vientos, temblar la tierra o desbordarse el agua, vuestra casa permanezca estable.
San Pablo en la carta a Corinto 13, 1-8, explicitaba las palabras del Señor indicándo cómo ha de ser el amor que Jesús pide a los suyos. Es el fragmento que la tradición cristiana llama el himno del amor. Pablo propone a los cristianos de Corinto un camino seguro y expeditivo para realizarse a sí mismos: el camino del amor. El amor, dice el apóstol, supera cualquier otro carisma; es mejor incluso que la misma fe, tan necesaria para llegar a Dios. Es el amor el que da a la vida su sentido más profundo. Amar no significa sencillamente apreciar a alguien, estar contentos de estar junto a personas que nos son simpáticas, con las que tenemos algo en común o que nos satisfacen en algo. El término amor es una de las palabras que nuestro lenguaje corriente ha ido vaciando de su contenido real poco a poco y de modo penoso.
Por eso hay que releer con atención la lista de cualidades que ha de poseer el amor, según san Pablo. El amor para ser autentico ha de ser comprensivo y servicial, ha de evitar toda clase de envidia; el auténtico amor no presume ni se engria; el amor sabe ser educado superando cualquier forma de egoísmo; el amor auténtico busca el interés del otro antes que el propio. El verdadero amor no se irrita a la más pequeña contradicción, ni lleva cuentas de todo lo negativo que el estar junto a otros pueda aparecer. El amor no se alegra de la injusticia, se complace en todo lo que es verdad. El amor excusa y cubre los defectos del prójimo, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. He aqui el programa que Pablo propone a los corintios y que hoy en la fiesta de san Valentin se les propone a ustedes como programa de vuestro camino en esta fase importante del noviazgo, si desean vivirlo desde una optica cristiana.
Este programa no es fácil y supone un esfuerzo continuo, un intento de superar los límites de vuestra debilidad día a día.
Vuestro progreso en el camino del noviazgo no acaba sera una construcion del dia a dia que debe ser un reflejo del amor que cristo nos mostro, y que sobre todo no es un amor que anula a el otro antes por el contrario es un crecer juntos donde cada uno sera el mismo unido al otro, aprovechen en realidad esta etapa para conocerse, aprender a aceptaros mutuamente, tal como sois, en la realidad de vuestra persona con todos los valores humanos y espirituales y también con todos vuestros límites.
La mutua donación que esto implica solemnemente ha de ser ratificada constantemente, porque cada día descubriréis sin duda que el otro es aún un desconocido, que solo poco a poco va descubriendo su verdadera manera de ser. Asi experimentareis cada día la alegria de descubrir nuevos aspectos positivos en el otro o la tristeza de constatar que la realidad del otro no corresponde exactamente al ideal imaginado. A cada descubrimiento corrresponde una nueva y generosa donación, en la esperanza de ir alcanzando cada vez más la posibilidad de ayudar al otro y ser ayudados para llegar a la madurez.
No olvidéis que el verdadero amor necesita comunicarse. De lo contrario se va consumiendo hasta apagarse. Sed generosos y acoged siempre a todos. En primer lugar a familiares y amigos, haciendoles participar del bien y del gozo que el Señor os ha dado. Que el Dios de la paz y de la alegria os acompañe siempre y os asista para llevar a cabo la obra que aveis iniciado el dia de vuestro noviazgo officia.
Feliz dia de San Valentin.